Tito 1:9 – Retenedor de la palabra fiel, la cual es conforme a la enseñanza de los apóstoles, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que se oponen.

Testimonio de la herman Edna Kanabahita

Estoy muy agradecida con el Señor por esta oportunidad que les da a los santos en el recobro del Señor de conocer lo que ha acontecido en Kampala, Uganda. ¡Señor, cúbreme! ¡Si nuestros informes pueden contribuir a proteger otros santos en otras localidades, que así sea, Señor!

Primera de Juan 2:20 dice: " Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y todos vosotros tenéis conocimiento". Esta unción la cual es el mover y el obrar del Espíritu compuesto que mora en nosotros, el Espíritu todo-inclusivo y vivificante, permanece en nosotros. Es por ella que conocemos al Padre y la verdad.

vs. 24 – "En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre".

vs.  26 – "Os he escrito esto sobre los que os desvían".

vs. 27 – "Y en cuanto a vosotros, la unción que vosotros recibisteis de Él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero como Su unción os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como ella os ha enseñado, permaneced en Él".

Estos versículos fueron de gran salvación y confirmación para mí cuando nos encontrábamos en el calor de la confusión debido a la mixtura que los obreros de Titus nos trajeron. Tan pronto como el hermano Tim Knoppe y su familia se fueron, el Señor, en Su soberanía, nos llevó a leer las tres epístolas de Juan. ¡Qué preparación la que tuvimos!

Recuerdo vividamente desde el primer día que los hermanos Tim Knoppe y Steve Lietzau vinieron a Uganda a quedarse. Ese fue mi último día de pisar una denominación. Ellos nos dijeron que mientras viajaban le habían pedido al Señor que les concediera unas vidas para "arruinar" y el Señor verdaderamente les contestó sus oraciones. Nosotros, los santos en la iglesia en Kampala hemos sido totalmente "arruinados" para el recobro del Señor. "¡Alabado sea el Señor porque nos arruinó!" Estamos por el recobro y nuestra posición es firme por único ministerio.

Cuando por primera vez tocamos el recobro, nos reuníamos todos los viernes en la noche para profundizar en la Palabra. Empezamos con el libro de Efesios, en el cual fue cómo entrar en un ¡"ascensor" que nos llevó al último piso del edificio más alto! Esa fue la primera vez que recibí una apreciación real de la revelación en las Escrituras de la "iglesia" y el "Cuerpo". Hasta ese momento yo creía que la "iglesia" era un edificio. Yo decía cada domingo: "Voy para la iglesia". Pero ¡Alabado sea el Señor! Yo ahora vivo en él. Yo no simplemente muestro mi cara; ¡ahora la vida de iglesia es nuestro vivir!

Después del libro de Efesios, entramos a otros libros de Pablo. Aquellos viernes eran muy intensos. Recuerdo horas y horas que pasábamos sentados escuchando al hermano Tim Knoppe compartir la Palabra. Hubo veces que no queríamos que él dejara de hablar. Por la gracia del Señor, nuestra capacidad era tan grande que podíamos recibir sin cansarnos. También cubrimos el libro de Juan en las reuniones de la mesa del Señor antes de empezar a reunirnos en el local. Los domingos en la noche nos reuníamos en la casa del hermano Godwin y la hermana Sarah y cubríamos el libro de Gálatas y parte del libro de Romanos. Los sábados en la mañana leíamos el Estudio-vida de Génesis antes de hacer la limpieza del salón de reunión. Por la gracia del Señor, en tres años terminamos ese libro. Fuimos interrumpidos en el camino pero alabado sea el Señor por Su fidelidad. Él nos permitió tomarlo de nuevo y hemos disfrutado la vida de Abraham, Isaac, Jacob y José. Además de las reuniones arriba mencionadas, nos reuníamos cada mañana a las 6:30 por media hora para la "vigilia matutina". El Señor nos mostró claramente la diferencia entre la vida y la religión. Todavía teníamos los Estudio-vida para alimentarnos. Fue durante este tiempo de las "vigilias matutinas" que orábamos-leíamos casi todo el Nuevo Testamento. Aprendí a tocar mi espíritu, orar-leer y leer-orar. Además de estas reuniones y vigilias matutinas, nos reuníamos a comer y viajábamos a otras partes como la Isla Ssese, Entebbe, Jinja, etc. ¡De veras disfrutábamos al Señor! ¡Qué dulce comienzo y qué cimiento tan profundo fue este!

¿Por qué les estoy dando todo este trasfondo? Lo que se estaba llevando a cabo todo este tiempo era una vacunación intensa de vida. No nos imaginábamos que el enemigo estaba trabajando detrás de la escena, preparando a los obreros de Titus para que vinieran a contaminar la vida pura que habíamos tocado. PERO ¡Alabado sea el Señor por Su fidelidad; estábamos bien equipados! ¡Teníamos un buen depósito de la vida verdadera!

Un año y medio después, Titus Chu envío a Keith Miller a Uganda. Este fue el principio de todos los problemas. Como nosotros estábamos disfrutando y experimentando la vida que había sido impartida en nosotros a través de la Palabra, pensamos que ellos estaban también en lo mismo: el ministerio único. Les dimos una bienvenida con nuestros corazones bien abiertos. Nunca nos imaginamos que ellos venían con una agenda escondida. Estaba tan desesperada por ganar más del Cristo que había saboreado desde el principio que me aferré a esta pareja. A cualquier parte que ellos iban a hablar, yo iba también. Fui a las primeras reuniones en los recintos y recuerdo vividamente que durante todo ese tiempo, me encontraba en un estado de negación. Desde el principio sentí que había algomo muy diferente, pero me revisaba pensando que yo era la del problema.

Yo solía ir con Keith al recinto principal (la Universidad de Makerere) todos los sábados y domingos en la noche para reunirme con los estudiantes. Los domingos llevábamos donas a los estudiantes y Keith daba un mensaje corto del evangelio el cual me parecía bastante superficial pero pensaba de nuevo que eso era el principio, que quizás era porque le estaba hablando a los estudiantes o que quizás las cosas cambiarían. Estaba tan llena de "quizás". Era exactamente igual a lo que hacíamos en las denominaciones, no había diferencia alguna. Lo que me atrajo a la vida de iglesia fue la cumbre de las verdades. Estaba cansada de comer algarrobas a mí alrededor. En Uganda de cada cinco personas que usted conoce tres son creyentes. Así que lo que la mayoría está buscando es un conocimiento profundo de Cristo y no a un Cristo superficial.

Un día me llamaron para una reunión con uno de los estudiantes de los recintos quien no había pagado sus cuotas. Este hermano había asistido a una de las sesiones en el Centro Cristiano de Aprendizaje y el verdaderamente era un buscador. Keith Miller me pidió que le prestara algo de dinero (quinientos mil chelines ugandeses) para que el empezara un pequeño negocio. Por respeto y confianza, yo le presté este dinero al hermano. Keith le puso la condición de que como le habíamos dado ese dinero, el tenía que asistir a todas las reuniones. Esta levadura hizo que el hermano desapareciera de la vida de iglesia. Cuando lo vi nuevamente fue porque vino a disculparse ya que no podía pagarme el dinero. ¡O, que el Señor me cubra! Sentí vergüenza que Keith hubiera usado dinero para obligar al hermano a que asistiera a las reuniones.

Dos o tres meses más tarde, el hermano Tim y su esposa se regresaron a los Estados Unidos con la esperanza de volver a Kampala. Keith nos informó más tarde que ellos no iban a regresar. Estábamos tan desolados. Nos sentíamos como si nos hubieran abandonado, como huérfanos. Recuerdo una noche después que la familia Miller nos dio la noticia de que la familia Knoppe no iba a regresar, que él y su esposa me invitaron a tomar un café en Rwenzori Café. Mientras estábamos allí, Keith me dijo que ese era "el momento de la verdad". Él dijo que habíamos acumulado mucho conocimiento mental de la Biblia pero que no teníamos la experiencia. ¿Cómo podía el medir nuestra experiencia? Sólo Dios lo sabe.

Mientras más y más situaciones acontecían, las reuniones poco a poco empezaron a cambiar. Aún la manera de limpiar el salón de reunión se convirtió en una obligación. Al principio, disfrutaba limpiar el piso y arreglar las sillas. Era un gozo hacerlo. Pero después se implantó el sistema. Nos delegaron funciones y responsabilidades. Era exactamente igual a lo que se hace en una empresa. Ya yo no tenía paz al tomar la responsabilidad que se me había asignado. Aún con todo esto, no estaba clara de lo que exactamente estaba pasando. Muy en el fondo de mí y con otros santos, teníamos el sentir de que algo no estaba bien. Sabiendo lo que ahora sé, puedo ver que los sucesos fueron una exhibición de un liderazgo natural donde el líder se enseñorea del rebaño en lugar de existir el liderazgo apropiado de la economía neotestamentaria de Dios. Esto fue una esclavitud.

¡Pero alabado sea el Señor por Su misericordia! ¡Él nos salvó! Todo este tiempo, me estuve diciendo a mí misma que si esto era del Señor, permanecería. Aparte de los versículos de 1 Juan, los versículos que recordé durante ese tiempo fueron:

2 Ti. 1:6a – "Por esta causa te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que está en ti…."

2 Ti. 1:14 – "Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros". (El depósito de las sanas palabras que incluye las riquezas de vida que hay en Su palabra las cuales el Señor ha depositado en nosotros).

2 Ti. 3:14 – "Pero persiste tú en lo que has aprendido y de lo que estás convencido, sabiendo de quiénes has aprendido"

Mirando atrás y después de haber visto el video de cinco horas de los hermanos compenetrados, puedo ahora decir con toda seguridad que verdaderamente el recobro es del Señor: es la niña de Sus ojos. ¡Qué privilegio que formemos parte de él!

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